La Fundación Mi Parque nace el año 2007, con el objetivo de generar un sentido de comunidad en los barrios de Chile a través de la recuperación participativa de áreas verdes.
Soñando con que los ciudadanos se sientan orgullosos del lugar donde viven, sus arquitectos han entendido a la comunidad como un actor clave y activo en el proceso de diseño y posterior construcción de sus parques. Para esto han desarrollado una metodología de trabajo que incluye diferentes talleres para los vecinos, en los que se diagnostica el potencial del lugar y se define su diseño. Todo termina en la construcción del proyecto, una jornada de construcción participativa en la que todos los vecinos y voluntarios suman esfuerzos para lograr la meta: transformar el área verde por todos y para todos.
Cómo nos cuenta el equipo que integra la fundación, en este tipo de proyectos que incluyen participación comunitaria, no hay recetas predeterminadas: "dependen tanto de aspectos físicos urbanos, es decir, del lugar geográfico donde se emplaza, el contexto, qué rol cumple para la comunidad; como también dependen de la comunidad, su historia y sus sueños, sus actividades y organización, su identidad".
La metodología de trabajo comienza con un proceso -a corto plazo pero intensivo- de diseño con los vecinos. En esta etapa se imparten talleres con distintos objetivos, buscando diagnosticar en conjunto el lugar, el potencial que tiene y finalmente el diseño total de la nueva área verde. Este proceso culmina en la construcción del proyecto, no como un proceso externo, lejano y de expertos, sino como una actividad comunitaria que es llevada a cabo directamente por sus futuros usuarios, provocando la apropiación inmediata de este nuevo espacio público.
Dejamos con ustedes tres casos que reflejan cómo el diseño y la participación de la comunidad se han llevado anteriormente a la realidad. Son tres proyectos de distintas escalas: al interior de un condominio social, en una plaza de barrio y en un parque rural.
ÁREAS VERDES EN CONDOMINIOS
Caso de “Pasajes Interiores, Condominios Villa Hermosa, Vista Hermosa y Grupo Los 90”, comuna de Huechuraba
Durante el 2011 y 2012, tuvimos la oportunidad de trabajar en un conjunto de viviendas sociales de UTPCH en La Pincoya, para construir las áreas verdes una vez entregadas las viviendas a las más de 200 familias provienen de campamentos y allegados del sector.
Conocimos a los diversos grupos que conforman el condominio, y a pesar de los distintos niveles de organización y motivaciones, todos tenían el mismo desafío: hacerse cargo de sus áreas verdes comunes, sus característicos patios escalonados.
En total eran 18 pasajes desde cero. Para esto se realizaron talleres generales con toda la comunidad para crear en conjunto una estrategia de cómo diseñar y construir estos patios comunes y en pendiente. El principal tema fue la contención del terreno y de cómo tratar los taludes por los sedimentos que se arrastrarían producto de las lluvias en la pendiente.
Se definió en conjunto una estrategia general para todos los pasajes: un módulo asiento + jardinera que debía cumplir la función de contener el terreno, los taludes como áreas con vegetación rastrera generando una trama con las raíces que contienen el terreno y las áreas planas como zona de pasto con el fin de absorber la lluvia y así disminuir el escurrimiento de agua hacia los niveles más bajos.
Para contener cada nivel se diseñó un módulo de polines de madera empotrado en el terreno que forman una jardinera central y dos bancas a sus lados, un elemento transversal que sirve para la contención.
En los taludes se usaron especies como romero rastrero, docas y doquillas, plantas rastreras que ayudan a crear una capa vegetal firme que ayuda a contener el terreno de manera natural.
Para los árboles se eligieron Almedros, dadas sus características de bajo requerimiento hídrico, su follaje caduco y su floración en primavera, además de reconstruir la historia del lugar ya que antiguamente existía en ese sector un almendral.
A nivel de cada pasaje, se realizaron talleres en donde se definían las especies exactas a plantar en los taludes y en especial en la jardinera como potencial huerto comunitario. Por ejemplo, algunos pasajes decidieron plantar las mismas hierbas medicinales en todas las jardineras, otros optaron por cada jardinera un tipo de hierba para generar mayor interacción en los vecinos del pasaje.
El proyecto fue una herramienta para los vecinos, un primer impulso para que hoy, a sus tres años, estos pasajes sean sus propios patios. Cada familia se ha ido empoderando de diferentes maneras y con diversos resultados, y siguen siendo un espacio común a compartir y mantenido por ellos mismos.
ÁREAS VERDES BARRIALES
Caso de “Plaza La Esperanza, Villa Andes 1, comuna San Bernardo
El proyecto consistió en la recuperación de un predio abandonado de 2.500 m2 ubicado frente a Av Colón, una de las calles estructurales de la comuna, inserto en un conjunto de vivienda sociales en block muy deteriorado y siendo el único terreno como espacio comunitario para la villa Andes 1 , de San Bernardo.
La intervención buscaba recuperar este sitio abandonado entendiendo su potencial como espacio de encuentro para la comunidad. Para llegar al diseño se desarrollaron cuatro talleres participativos en el mismo terreno donde tanto la comunidad, representantes de la municipalidad y equipo de Mi parque, pudimos discutir y diseñar en conjunto la nueva plaza.
Durante este proceso se hablaron temas como la historia del lugar, y a nivel de diagnóstico, lo que significaba un sitio eriazo sin identidad que funcionaba como basural y estacionamiento, y cómo poder activarlo para la comunidad.
A nivel de propuesta, se identificaron con los vecinos las circulaciones existentes, peatonales y vehiculares, en el terreno abandonado que dieron la base de la configuración del nuevo espacio. Así se consensuó el trazado de la plaza y se priorizó la vegetación hacia los bordes como protección del nuevo espacio interior y también porque los vecinos la querían cercana a sus viviendas para un mejor cuidado.
Además se hablaron temas sobre usos y actividades acordes a esta comunidad en específico, lo que definió como un lugar que diera acogida principalmente a los niños, integrando también a los jóvenes y adultos. De esta forma la plaza se configuró con zonas deportiva, de recreación infantil y de encuentro, además de un área más cívica a partir de un escenario para que se puedan realizar actividades al aire libre.
Se focalizaron los recursos para las zonas infantiles con juegos y máquinas deportivas además de zonas de sombra a partir de sombreaderos de tela. El mobiliario urbano se construyó en obra mediante pircas, que ya usaban en la comuna, complementándolas con piezas metálicas para sentarse y agregar color.
Para las zonas de vegetación se plantaron especies de bajo requerimiento hídrico y que aportan ornamentalmente como colas de zorro, stipa, pennisetum, huilmo y santolina, además de cubresuelos como rayito de sol. Los árboles plantados fueron pimientos, melias y olivos.
Luego del proceso de diseño, dada las características de las obras a hacer, se trabajó durante una semana en todas aquellas tareas que requerían mano de obra calificada como la instalación de solerillas para el nuevo trazado, construcción de pircas y escenario e instalación de juegos y mobiliario urbano.
Así, la nueva plaza “LA ESPERANZA” como la re bautizaron los vecinos, logró terminar su construcción en una gran jornada de construcción participativa con la comunidad. Hubo una gran convocatoria, donde todos los que habían participado durante el desarrollo pudieron concretar el proyecto. La jornada consistió en las tareas de plantación de árboles y plantas, instalación de pasto en rollo, pintado de murales y distribución de arena y maicillo para los suelos.
Hoy el proyecto ha provocado un gran impacto en el barrio. El municipio está a cargo de su mantención, pero sabemos que el riego y la limpieza no es lo suficiente, sino que es la comunidad la que se hace responsable de su cuidado y uso, es la que realmente se hace cargo de darle vida a este lugar.
PARQUE RURAL
“Bandejones Centrales de Huertos Familiares”, comuna de Til Til.
Este proyecto reconstruye uno de los lugares más importantes y visibles de la localidad de Huertos Familiares, en la comuna de Til Til, que se encontraba en un evidente estado de abandono. La intención del proyecto era recuperar este gran espacio y transformarlo en el PARQUE HUERTOS FAMILIARES constituyéndolo así como la gran zona de esparcimiento y recreación de la localidad.
El “Parque Huertos Familiares” tomó forma durante los 4 talleres participativos, donde los vecinos, representantes de la municipalidad y de la empresa patrocinadora pudieron comunicar sus sueños para este largo bandejón que se presentaba como la cara más visible de su localidad. El proyecto generó mucho entusiasmo en los vecinos y gran convocatoria para los talleres. No sólo un alto número de vecinos de la comunidad en torno a los bandejones, también el equipo municipal liderado por el Alcalde, representantes de la empresa patrocinadora, ya que era una gran oportunidad para entregar un sello característico del sector.
Como en total era más de 1 km de largo, dividido en 4 bandejones, la primera decisión fue hacer un levantamienro de lo existente: árboles, arbustos y usos existentes. A partir de eso focalizar los esfuerzos y hacer zonas puntuales orientadas a actividades específicas, como la zona deportiva, las zonas de ejercicios, las zonas de descanso. Estas zonas más grandes concentrarían el mobiliario y el equipamiento.
Para las circulaciones se optó por dejar 3 formas distintas de recorrerlo. La primera es una vereda pavimentada por el lado sur del parque. Por el lado norte se hizo una ciclovía de maicillo que permite conectar los dos extremos de Huertos Familiares. Por último se pensó una circulación que permitiera recorrer la totalidad del parque en forma de paseo, pudiendo conocer todas las zonas que hay en todo su largo.
El equipamiento elegido para el parque fue principalmente enfocado en la recreación y el deporte. Se pensó un parque que pudiera recibir una masa considerable de niños en las grandes zonas delimitadas y resguardadas de la calle. Por otro lado se pensaron zonas deportivas principalmente con máquinas de ejercicios.
El pasiajismo se pensó con consideración especial por la escasez de agua existente en la zona, incorporando distintos pavimentos como rocas rojizas propias del lugar, gravilla, bolones, piedra laja, cáscara de nuez y maicillo, además de seleccionar especies que tuvieran una buena adaptación a temporadas secas prolongadas, como por ejemplo Puyas, Ágaves, Gramineas, entre otras. Los árboles fueron plantados en su mayoría en los sectores donde existía un importante déficit de sombra lo que mantenía el lugar sin uso. Los árboles plantados fueron Parkinsonia, Olivos de Bohemia y Pimientos.
Para la construcción de más de 12.000m2, se dividió en dos etapas de dos bandejones cada una. Para cada etapa se trabajó aproximadamente durante un mes en obras preliminares con mano de obra calificada a cargo de la nivelación, instalación de solerillas, durmientes, juegos, sombreadero y mobiliario, en paralelo con apoyo municipal para la construcción de las veredas. Posterior a este proceso, cada etapa culminó con la jornada de plantación participativa en donde la comunidad con apoyo de voluntarios se encargaron de las tareas finales: plantación de árboles, plantas, instalación de pasto, pintura del equipamiento y distribución de los diversos áridos.
En total fueron más de 12.000 m2 de parque que le cambiaron la cara a la avenida principal de Huertos Familiares, creando así un espacio para reunir a toda la comunidad al aire libre en torno a la recreación y el deporte.
"Estamos en una constante búsqueda de cómo hacer que los proyectos reflejen y activen a la comunidad, que las nuevas áreas verdes las sientan propia para que la potencien y la enriquezcan con su cuidado y su uso diario
Estamos convencidos de que el trabajar en la recuperación de espacios públicos de forma participativa con las comunidades ayuda no sólo a transformar el entorno físico, al sumar una nueva área verde como un nuevo lugar de encuentro para la comunidad, sino también a fortalecer los lazos de confianza y colaboración al interior de los barrios, promoviendo sentimientos de pertenencia y orgullo con respecto del lugar donde se vive y de la comunidad de la cual se es parte".
* Más detalles del trabajo de la Fundación Mi Parque en el siguiente link.
